Lo que se acaba de ir no tiene retorno ni reintegro

Francisco Rodríguez

México entero, salvo el uno por ciento de la población protegido por políticos y farsantes de la cosa pública, está de júbilo. Puede comprobarse en las calles, en los pueblos más alejados del centro de la República, en el calor democrático con el que ha recibido al nuevo régimen.